Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido.
Hebreos 11:11
¿Siente que el tiempo se pasa y sus fuerzas ya no son las mismas? Y que los años vuelan y usted se encuentra en las mismas condiciones? No hay un progreso, ni financiero ni en lo espiritual ni en ninguna otra área de su vida, tal vez a querido servirle al señor de una mejor manera pero simplemente las cosas no suceden como usted lo ha anhelado, o los sueños de toda su vida nunca los ha visto realizados, déjeme y le digo que no es el único que ha pasado por estas circunstancias que les son contrarias, ya que en este pasaje el cual vamos a considerar encontramos a una mujer cuyo nombre es Sara la esposa del patriarca Abraham, la palabra de Dios nos dice que ella era una mujer muy hermosa y cuando se casó con Abraham sin duda que en lo primero en lo cual pensó fue en tener hijos, y no había porque no pensara en ello, ya que era joven, hermosa y en la edad apropiada de ser fructífera, sin embargo pronto encontró que no podía quedar embarazada y por tal motivo y con el pasar del tiempo sus sueños se iban empañando. Piense por un momento, ella y el patriarca Abraham eran riquísimos, pues la escritura nos dice que tenían muchos criados y muchísimo ganado, ¿no se entristecería el corazón se Sara al ver a sus criadas rodeadas de sus hijos y aun algunas de ellas teniendo hasta gemelos? volteaba a ver al ganado que tenían y estos con sus crías, y ella, la ama, la señora de la hacienda era estéril.
Y esto no queda allí, pues a pesar de que el señor les había prometido una descendencia, ella dudó y llegó a pensar que la descendencia que Dios les había prometido podía muy bien venir de su sierva Agar, por lo cual su sierva Agar tuvo un hijo de Abraham. Sara ya se había dado por vencida.
¿Por cuanta decepción pasaría Sara? ¿Cuantas ilusiones se habría hecho? ¿Cuantos sueños que nunca se realizaron en su vida? ¿Cuánto estrés? y cundo ya entró en su edad avanzada, perdió la esperanza de poder un día abrazar un hijo, pues su tiempo de ser fructífera ya había pasado. Sara tenía todo en su contra, sin juventud, sin edad. Y aunque nuestro texto del cual nos estamos ocupando presenta a Sara como una mujer de fe, sin embargo al principio no fue así, ya que a pesar de que Dios les había prometido que ella daría a luz un hijo ellos dudaron.
Pero un día el señor les visitó y después de una riquísima comida que Abraham le preparó, Dios le dice a Abraham ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda.
Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él.
Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres.
Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?
Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja?
Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.
Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído. Génesis 18:9-15
Note usted cómo la misma Sara no creía lo que estaba escuchando y esto de la boca de Dios. Pero ¿Por qué no lo creía? Simplemente porque ella al oír lo que Dios le estaba diciendo a Abraham, estaba considerando que esto no podía ser posible, ya que su edad y su tiempo ya había pasado, pues tenía noventa años y Abraham tenia cien. Note como Dios la tuvo que exhortar por causa de su incredulidad. Pero después de esto la fe de Sara se fortaleció y creyó que Dios es fiel a lo que le había prometido y la escritura nos dice que al tiempo señalado visitó Dios a Sara he hizo Dios con Sara como había hablado y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez y le pusieron por nombre Isaac, esto es risa, ya que tanto Abraham como Sara se rieron cuando Dios les dijo que iban a tener un hijo en su vejez, por lo cual Dios le dijo a Abraham que su hijo se llamaría Isaac, que significa risa. Gen 17:17-19 Note lo que dijo la misma Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo. Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez. Génesis 21:1-7. Y así de esta manera Dios hizo que sus sueños fueran realizados.
Nosotros también al igual que Sara a veces dudamos de lo que Dios nos ha prometido en su santa palabra, y nuestro ánimo y fe desmaya, ya que tan solo miramos las circunstancias por las cuales estamos pasando. Cuando solo vemos el tiempo pasar y nuestros sueños e ilusiones no se realizan, cuando no hemos alcanzado lo que esperábamos, cuando esperábamos paz y he aquí la tribulación, cuando esperábamos luz y he aquí la oscuridad, cuando esperábamos dicha y he aquí el dolor, cuando esperábamos salud y he aquí la enfermedad, cuando esperábamos abundancia y he aquí la escasez, cundo vemos que los años pasan y que no nos hemos realizado en la vida, o que simplemente no hemos llegado a servirle al señor de la manera que siempre lo hemos soñado, cuando miramos que nuestra edad va pasando, y nuestros mejores años van quedando atrás y nuestro tiempo se va fugaz como la neblina, mas la escritura que hoy estamos considerando nos llena de fe, pues nos dice que nuestro Dios no cambia, ni le afecta nuestro tiempo, ni nuestra edad, ni las circunstancias por las cuales estamos atravesando, ni lo que uno llegue a considerar de si mismo, nos enseña que el señor puede realizar nuestros sueños aun fuera de nuestro tiempo, o de nuestra edad. Esta escritura nos recuerda que para Dios todas las cosas le son posibles y por lo tanto, él puede realizar nuestros sueños, nuestras ilusiones, nuestras metas, nuestros planes y darnos una mejor vida y un mejor futuro. No considere sus imposibilidades, ni las escuche cuando estas le susurran al oído, como cuando vinieron de casa de Jairo y le dijeron: tu hija ha muerto ¿para que molestas más al maestro? Marcos 5:35-36. Pero el señor Jesús le dijo: no temas cree solamente. Si, cree solamente que Dios es fiel a sus promesas.
Escrito por: Artemio Valdez Sosa